Huevos de pato para desayunar

Hoy he desayunado en casa con Cesc, huevos de pato y algunas cosillas más. En la foto puede verse a la autora reflejada en un espejico chiquitico detrás mío. Ella me ha prohibido expresamente que suba esta foto a Internet dado que viste de buatiné, así que mi próximo mensaje lo enviaré desde a cárcel, o desde el Congreso de los Diputados, porque las cárceles están ya abarrotadas.


El rosado es un Blanc Pescador en la nueva modalidad "rosé", de modo que no, esa gaseosa no ha sido empleada, pero sí una segunda botella del espirituoso de aguja con paladar afrutado. Los suevos de pato son biológicos, a razón de tres por comensal y son mayores que los de gallina, así que vamos a fundar un club de amigos del colesterol; y los frío con puntillas pero sin cuajar la yema, con aceite que traigo de Navarra. El chorizo es picante en dos modalidades; a) iruto de vaciar sala de espera, b) iruto de vaciar discoteca. Las patatas fritas son caseras, y hasta el pan y el whisky de malta tras el café era todo al nivel de estos celebérrimos desayunos apostólicos.