Rubén y yo en misa de ocho... pasadas.

Bailando con Ru



Esta entrada está dedicada a Josep Lluís (Luzbel), a quien debo la música de fondo de este blog: "Variaciones al piano sobre el Canon en D de J. Pachelbel". Aunque te hayas ido, te quiero y te deseo lo mejor, maricona.

Bien, sí que eran las ocho, o pasadas, seguramente, pero el caso es que aquella madrugada no logramos congregarnos ocho feligreses, éramos, en realidad, algunos más (más de veinte, de hecho). Y como no éramos ocho, pues en lugar de ir a misa de ocho nos fuimos de farra.

Esa foto está tomada hace año y medio por un buen amigo que me encontré por causalidad este domingo -26 de febrero- por la tarde en el aeropuerto de Barcelona, al que fui a recoger a otra buena amiga que llegaba de España... ups, de Madrid. Ella se hace llamar Teresa, como la célebre mística albanesa que está a las puertas de la santidad (la mística, no mi amiga) por su tarea apostólica desarrollada en la India. Él, empero, se hace llamar Luzbel, y vive ahora en la República de Andorra, feliz y tranquilo según nos hizo saber.

Luzbel vino a verme a Bruselas en aquella ocasión, y cenamos -mal-, bailamos -mucho-, y bebimos -más, si cabe- en un tablao flamenco de la Rue de Blaes. Tiene güebos que un catalán vuele hasta el Benelux para pasar una velada en un tablao flamenco -no flamenco de "Flandes", sino flamenco andaluz-. Hubo momentos delirantes durante los que los rituales de danza adquirieron (como puede verse en la foto) grandes entrega y pasión, rozando el desenfreno, en los que Rubén -un amigo mío de Burgos que vive en Granada, pero que trabaja para la UE en Bosnia Herzegovina- y yo hicimos gala de... sin más. Hicimos gala, eso es todo.

La cuestión es que a la hora en que está tomada esa foto había gente en misa, y eso me hace preguntarme si ellos irán al cielo, y Rubén, Luzbel y yo (y todos los demás de la juerga), tendremos que pasar un eón entero en el Purgatorio.

Fer

PS. He escrito "causalidad", no me he equivocado.

¿Cómo lo haces?

Te desplazas a través del tiempo y del espacio, viajas, vuelas, a velocidad inaccesible para la mente, tan deprisa que no hay manera de comprenderlo ni de asimilarlo. Opino a que es debido a que, en realidad, estás inmóvil, estás siempre en el mismo lugar, de este mundo, o de la forma en que percibimos este mundo.
Sí, creo que siempre estás en el mismo sitio, en todas partes, eres todo. No sé si siempre has sido todo, tal vez ya estabas en todas las cosas cuando aún no podía recordarte, y quizá, lo que me inspiran los que no sienten por ti lo que yo siento, esa especie de conmiseración, carece de lógica, porque tal vez todos sentimos lo mismo, y es posible que existas para todos, que todos te llevemos dentro de nuestra alma. Tal vez eres y significas lo mismo para cada ser, pero tal vez cada cual te ve con un aspecto diferente.
Pero no estoy seguro de que tú conozcas la manera en que subyugas a quienes se cruzan en tu camino, porque es que ni siquiera creo que los demás existamos, es tal el sentimiento que produces que se diría que sólo ese sentimiento existe, pues es el más intenso de cuantos pueden darse, y vivimos, quienes creemos vivir, sólo para sentirte.
¿Sentir algo por ti, o sentirte a ti?, ¿estás dentro o fuera de mí?, ¿formas parte de mí o eres realmente otro ser?, a veces me lo pregunto. Sin saber siquiera si vives o mueres, si eres material o inmaterial, si eres real o te he soñado, siento por ti lo mismo por mucho tiempo que pase, y estás junto a mí y te siento lejos, y estás infinitamente lejos y te noto en mi corazón, y es eso lo que me hace sentirte sin necesidad de que existas, o aunque ya no existas, o aunque ahora seas diferente y no te parezcas en nada a cuando llegaste a mi vida.
O quizá tú llegaste primero, y después llegó la vida.