Surcando el Mediterráneo en paquebote.

Pulsando en la imagen se amplían las 16 afotos.
Fila uno: 1 - El paquebote, de 138.000 tm y 330 m. de eslora. 2 - Atrio de proa, de catorce plantas de alto. 3 - Estatuas egipcias de piedra (ese barco no puede flotar, debe llevar orugas por el fondo... o algo). 4 - Ante el Casino de Monte Carlo, entre un Bentley y un Aston Martin.
Fila dos: 1 - Rue Obscure de Villefranche sur Mer (Costa Azul). 2 - El de los Beatles de verdad, en Mónaco 3. - El Coliseo sin función por estar los gladiadores de vacaciones 4. - El Arco de Trajano (es el de Tito, pero me parece un nombre ridi para un emperador).
Fila tres: 1 - Sin quejas sobre la "litera" del camarote. 2 - En la isla de Capri, con cara de siciliano. 3 - En Capri, además de famosos, hay bonitas calas. 4 - La península de Sorrento al fondo.
Fila cuatro: 1 - La Royal Promenade, una avenida de 240 m en el centro del barco, abierta las 24 h, una tentación de bares y tiendas. 2 - Adiós a Capri desde la terraza del camarote. 3 - El comedor de gala, como el del "Poseidon", de tres cubiertas de alto. 4 - Echando un Cohiba y un whisky de malta en un bar específico para ello (y camino de la isla de Malta).

Invisibles son los hilos que manejas


"...Son mi música mejor aquilones;
el estrépito y temblor de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos,
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno al son violento,
y del viento al rebramar,
yo me duermo sosegado,
arrullado por la mar...".

(De "La canción del pirata").

La Luna en el mar riela... e incluso alza en blando movimiento olas de plata y azul, pero en la lona ya no gime el viento en los barcos modernos. Acabo de regresar de un viaje en barco, un crucero, y una de la experiencias más singulares que he vivido ha sido poder ver, cada noche, la Luna reflejada sobre las aguas en altamar, y, por suerte, casi todos los días había luna llena y cielo despejado, lo que me permitió hacer varias instantáneas, que no equivalen al espectáculo en vivo pero algo acercan.
No son pocos los que se sienten hechizados por ese astro de una forma especial. La Luna tiene una característica esencial para los humanos, sobre todo si nos hallamos separados por el espacio de personas importantes -y no hay nubes-, y es que, por lejos que estemos unos de otros, podemos mirar el mismo objeto al mismo tiempo, pues el Sol no puede -o no debe- mirarse directamente, ni durante largo rato, pero podemos mirar la Luna con embelesamiento tanto como queramos, y sabiendo que alguien, muy lejos, está haciendo lo mismo, de manera que dos miradas se den cita en Selene.
A bordo se duerme más plácidamente tras contemplarla un rato entre la bruma tenue, aunque el barco se mueva, que los barcos grandes de ahora tampoco es que se muevan mucho. La foto de la derecha permite comprobar que el llamado "horizonte", no siempre está horizontal, al menos visto desde el camarote.
Fer

La mujer morena



Dice una canción, que alguien de nombre muy largo pintó a la mujer morena. En esta foto aparecen dos morenas a cual más guapa, simpática y limpia. De izquierda a derecha; Alba -alias Koke-, mi mujer, y Sandra -alias Siringa-, una amiga. Los nicks para aludir a las personas son habituales en cierta congregación de la que Sandra y yo somos feligreses.
Para colmo, ambas van vestidas de negro, y el "selohace" -"sofà" en catalán- en que están comodamente instaladas, también es oscuro. Es en casa de Marco, no el que partió a la Argentina en pos de su madre acompañado de un primate, sino el que controla el tránsito aéreo de los aviones desde la torre del aeropuerto del Prat de Llobregat (Barcelona).
El caso es que se las ve felices a ambas, ajenas tal vez al caos reptante que lo envuelve todo en este valle de lágrimas que es el existir. ¿Cuándo te nos llevarás, Señor, para dejar de penar?
O si no habrá que irse. Este sábado, de hecho, nos vamos de crucero, a surcar las -espero que- mansas aguas del Mediterráneo a la busca de aventuras y experiencias. Entre otras cosas y lugares, tenemos previsto vistar países tan gigantescos que tienen dos Papas por kilómetro cuadrado, como el Vaticano (0.5 km - un Papa); casinos casi tan grandes como el propio país, como Mónaco; e islas casi tan grandes como el barco en el que arribaremos (Voyager of the seas http://www.cruiseweb.com/RCI-VOYAGER.HTM ), como Malta.
Veremos el film "Posseidon" antes de zarpar para entrar un poco en ambiente.
A Sandra le gusta mucho viajar, y por suerte para ella viaja mucho, ojalá nos acompañase en esta singladura, si bien, en el caso de que no zozobremos en la procelosa mar, y regresemos sanos y salvos, narraré a la vuelta lo que sea digno de mención.
Fer