De exquisito gusto

¿Viste los vistosos atavíos que visten en la India?, pues heme en la foto a la diestra, con un sayo colocado poloarto*, durante el decurso de un evento social clásico de la provincia de Tarragona: la calçotada.
Consiste en deglutir sin mesura ni orden una cantidad ingente de cebolletas untadas en salsa, algo de carne asada después si se tercia, y todo ello regado con algunos porrones de vino, que puede ser un buen caldo, o un corrupio saltaparapetos, eso es lo de menos. El de ayer no estaba mal.
Sí amigos, he colocado delante de una estantería de libros de mi casa de Barcelona, el delicado trabajo con que se nos obsequió al abandonar el local (a quien quiso pagar diez lerus por el souvenir, claro, y con el vino haces cualquier cosa). Con el saludo apostólico, puede verse mi persona en el centro de una foto recortada en forma circular, pegada al fondo de una diminuta paella ricamente trabajada, y guarnecida con unos exquisitos ornamentos que conmemoran la fiesta, en la que, por otra parte, lo pasé muy bien, pues la comida era buena y estuve rodeado de amigos y conocidos de un club al que pertenezco, dedicado al sadomasoquismo intelectual (entre otras muchísimas actividades), que me hicieron mucho de reí y a los que di muchos besos.
Bien, lo que en realidad está torcido es la paella, no los libros, pero la singular morfología del adminículo en cuestión me obligó a reclinarla, y como es la estrella de la foto, incliné la cámara otorgando al conjunto esa sensación de sindiós de bamboleo y zozobra. Pinchando en la foto se aprecia el conjunto en todos sus detalle y esplendor.
Gracias a los que vinisteis ayer desde lejos hasta Valls para que pasásemos todos un buen rato, a otros se os echó de menos.
* La expresión "poloarto" nació en el seno de la secta en cuestión, en cierta comida en la Panadella, hace ya casi un año.
Fer

En el Vaticano



Lumen en la Plaza de San Pedro

Sí amigos, en la foto aparezco no hace mucho en el Vaticano, estado independiente ubicado dentro de la ciudad de Roma, a donde llegué en barco, y sede de la SMICAR*. Allí reside el célebre teólogo, inquisidor, soldado e intelectual Joseph Ratzinger en su calidad de Papa Emérito, junto a Paco, el actual entrañable Papa, sobre el que recaen las responsabilidades de Jefe del Estado y a su vez Sumo Pontífice de la Iglesia Católica –en fase de unión, por cierto, con la Anglicana-, por lo que traté de ser recibido en audiencia, pues es sabido que mi iglesia, la Proctomancia, es un credo en expansión que a no mucho tardar absorberá a los feligreses desorientados de otras confesiones.

Sabiendo Benedicto XVI –su nombre de ex-monarca- de mi presencia, y conocedor del auge imparable de la fe Proctomante –única y verdadera-, no se avino a recibirme, perdiendo con ello la oportunidad de una adhesión entre ambas confesiones que si a alguien hubiese beneficiado es a la SMICAR, pues sin que acabe el siglo pasará el catolicismo, qué duda cabe, a engrosar con todos sus activos la nueva y recta vía. Tal vez le amedrentó mi sombrero "Panamá", que con uno igual va tocado el Dr. Hannibal Lecter antes de su "cita" para cenar con el Dr. Chilton.

Me atavié con un hábito en que puede verse el Triángulo con el Ojo de la Divina Luz, y debajo las tres Cruces del Cristianismo en señal de buena fe, si bien, parece ser que el diseño de estas cruces adolece de alguna imperfección que las hace parecer tes, y al Santo Padre, por lo visto no le gusta el te, puede que por ello no me recibiera. Yo le aprecio y le respeto igual, en realidad sólo quería presentarle mis respetos, y recibirle en confesión. Tal vez no él tenga nada que confesar.

Su residencia puede verse detrás de mí aunque a fecha de hoy no la usan ni Joseph ni Paco, la casa grande de la derecha, su habitación es la segunda ventana del piso de arriba, empezando por la derecha (la tapo con la cabeza). Impartí, como puede verse, mi Benedictio Anni et Procte, y regresé al barco que habría de llevarme a la Isla de Malta. Actualmente en el Vaticano, con 0,5 km cuadrados de superficie y dos papas habitando allí, a poco que sepamos de matemáticas observaremos que 2 / 0,5 = 4. Es decir que cuenta con cuatro papas por kilómetro cuadrado. En España pos ejemplo sólo tenemos uno: el del Palmar de troya; un sólo papa para más de quinientos mil kilómetros cuadrados. Qué mal repartido está el mundo.

El Vaticano tiene algo menos de 1.000 habitantes, de los cuales casi 200 son un batallón de la Guardia Suiza, por lo que el 20% aproximadamente de sus ciudadanos son soldados. El porcentaje de sacerdotes es también bastante elevado. Allí hay dos idiomas oficiales; el latín en todo el estado, y el alemán en la Guardia Suiza.


* SMICAR: Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Lumen Dei Primero