Echaré mano de cuatro curiosidades de mi biblioteca, pues es sabido que colecciono libros antiguos, y estos cuatro en concreto son de temática muy parecida y divertida -a mí me lo parece-:
"De masticatione mortuorum in tumulis" del pastor luterano alemán Michael Raft, publicado en 1728, trata sobre la masticación de los muertos en las tumbas y estudia las razones de ello. Era algo frecuente hasta hace un siglo ese fenómeno, y en el opúsculo se aborda ese asunto con singular perspectiva, desde el enterramiento en vida (relativamente común por aquel entonces por las precariedades médicas y sanitarias) hasta el presunto vampirismo y demás supersticiones de las mentes calenturientas...
"Los enterrados vivos y los falsos muertos: aportaciones a la creación del mito literario del vampiro", del monje dominico Agustín Calmet (Francés, obra de 1746); es una obra capital para los vampirólogos y los vampirófilos, que solemos disfrutar especialmente con este tipo de abordajes, en los que el folklore y la historia van destilándose de forma apasionante. A la hora de compilar los conocimientos sobre no muertos, visiones y fantasmas, el padre Calmet recurre a toda suerte de testimonios y documentos.
"De miraculum mortuorii" es una obra que irrumpe en el mismo terreno pero con un enfoque mas tétrico y espiritual, un pasaje traducido del latín viene a titular uno de los capítulos mas o menos así: "De como los muertos muerden el sudario en la tumba y los chillidos que emiten parecidos a los gruñidos de los cerdos cuando tiene hambre".
Tengo otra obra en vernácula (no en latín) del siglo XIX, "Despertar en la tumba" que aporta más luz si cabe a esta alegre y deliciosa materia, y trata sobre el porcentaje de enterrados vivos por aquellos tiempos en que la Medicina era muy precaria si es que se tenía acceso a ella o a los médicos, por cuanto siendo como es difícil diagnosticar el deceso, los sujetos que iban a parar a la tumba aún con vida llegan a estimarse entre el 2% y el 5% según la zona de Francia.
Y ya por hoy, felices sueños.