Una semana en el Alto Ampurdán

Hemos regresado a pasar unos días, con los amigos, y en los lugares en los que Alba y yo habitamos durante más de diez años: l'Alt Empordà (el Alto Ampurdán), la Cataluña profunda, la más daliniada, pues en Figueras su capital está el Museo de Dalí. Por cierto que así se preparó nuestra niña en este verano abrasador cuando vio que su mamá comenzaba a hacer el equipaje, con el gorrito andino casi me mo de risa:



Aquí están Alba y Alba, haciéndose alguna confidencia con la frondosa flora ampurdanesa de fondo, ante una de las dos ventanas de nuestra habitación en el hotel bellísimo y muy antiguo en que estuvimos alojados, dirigido por uno de mis mejores amigos.


La piscina del hotelito en la que Koke, mami y papá pasaron muy buenos ratos chapoteando, y en la que MiniAlba ha aprendido a sumergir la cabecita debajo del agua, además de pasárselo bomba jugando con otros niños.
Una noche cenamos en uno de los lugares que más nos gustan de Figueres: L'Ou D'Or (El Huevo de Oro), aunque lo solemos aludir por el nombre de su encantadora dueña, "Flora". Ahí además del ambiente tan agradable y la comida excelente; Koke se divirtió jugando con unos niños franceses.

Esa pared siempre me hace evocar a Bécquer...
"Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!"

Por supuesto llevamos a Albita a Rosas, Santa Margarita, Ampuriabrava, Castelló d'Ampuries, y demás lugares de la zona para que disfrutase de sus playas y de sus fiestas y atracciones.



Y cómo no, Koke se despide a su más característico estilo: