Perros Venenosos

Son cienes y cienes las imágenes de este tipo que recibo, veo y encuentro en la ciberesfera. Pero esta es la segunda en muchos años que ha logrado conmoverme:


Conmoverme el paquete intestinal, quiero decir, porque me ha hecho de reí un buen rato la ocurrencia de los perros venenosos. Que vamos, que digo yo que será una ocurrencia, o, a tenor de la letra y el entorno, alguna carencia cultural; porque no quiero pensar que la ingeniería genética esté ya avanzando en una dirección inquietante en todos los sentidos. Una división de soldados venenosos podría infiltrarse en una potencia enemiga sin uniformes, armas ni material, y ganar cualquier guerra sin el menor esfuerzo.