El viernes pasado visitamos el sur de Francia y el Alto Ampurdán, una bella y pintoresca comarca catalana en la que he habitado diez años y medio. Paramos en un pueblo llamado Mollet de Peralada, donde taaaaaaantas veces hemos cenado en el restorán "Ca la María". Y no pude evitar fotografiar el pintoresco paisaje ampurdanés, que servía de fondo a tantísimos cuadros del genial Salvador Dalí. En la foto de debajo aparece el cementerio de la localidad, donde se recogen unos excelentes caracoles que son cocinados en salsa en el local susodicho. Ahí están las indicaciones para llegar a Garriguella, en cuyo casino tienen un magnífico "vi daurat" (vino dorado), con el que solíamos regar las anguilas pescadas en las Marismas de Ampuriabrava (Els Aiguamolls en la lengua vernácula del lugar). Y qué decir de los otros dos pequeños pueblos tan cercanos entre sí, tan sorprendentemente cercanos de hecho, a tenor de sus respectivas toponimias a cual más fálica:
He aquí un detalle del cartel que indica el camino para decantarse por Espolla o por Rabós:
Y en este mapa puede constatarse que ambas localidades distan entre sí menos de cuatro kilómetros. En las dos se puede saciar el hambre del cuerpo con la excelente pitanza que sus pequeños locales elaboran, ya sea a base de civet de jabalí, caza, animales criados en granja, y en definitiva la fabulosa y contundente cocina ampurdanesa de ambos pueblos, cuyos gentilicios por cierto nunca he preguntado (pulsar sobre el mapa para mayor detalle):
Fernando