Ayer, los amigos que pasaban el finde en casa, Koke y yo, pudimos ver unos segundos en las noticias de la tele una espectacular imagen, en que una bola rosada y sanguinolenta afloraba de entre la tela de la taleguilla del diestro Miguel Ángel Perera. Era un suevo, o sea, no un cojón con su bolsa escrotal y demás, no quiá, se trataba de la propia criadilla en can·ne viva. En la foto puede verse el ffffzzzssst... instante en que el toro le causa "una cornada en la región escrotal izquierda con evisceración de testículo y salida por raíz de pene". Era el tercero de la tarde. Veinte puntos veinte en el forro los cojones.
¿Acabó ahí la cosa?, ni de coña; "Sin anestesia, ni siquiera un calmante", como explicó el doctor Máximo García Padrós, "se dejó curar, volviendo al ruedo más despierto, muy motivado".
Pero aún quedaba más: "fue cogido de nuevo por el quinto cuando lo citaba por estatuarios en el inicio de la faena de muleta". De esta cosechó una "herida en la región crural con una trayectoria hacia arriba y adentro de 15 centímetros que contusiona la arteria femoral superficial, de pronóstico muy grave". Pero él con un torniquete dijo "¡Ehám·me zólo!", y, a toreaaar... hasta que se le quedó la pierna exangüe y le obligaron a abandonar el coso.
En los segundos 19 y 58 de este vídeo puede ver, quien lo desee, un testículo en todo su esplendor:
En la Feria de Castellón 2008, Luis Antonio Gaspar “Paulita” fue sometido en la tarde del martes 11 de marzo a una intervención quirúrgica en la Clínica Quirón de Zaragoza después de que arrastrara molestias todavía de la extensísima cornada sufrida el pasado invierno en México, donde le fueron administrados nada menos que 87 puntos de sutura en la región genital.
¿Pueden caber tantos puntos en las pelotas?
Nunca me ha llamado la atención el mundillo del toro, pero, de lo que no cabe duda para mí, es que cosas como estas, tienen tanto que ver con el valor como el suicidio con el sentido común. Me preguntan con frecuencia si volveré en breve a salir tres o cuatro años a un destino diplomático en el extranjero... la pregunta es si, en su caso, regresaré aquí.
PS. No me he equivocado, esta entrada está escrita en rojo-sangre.