Es frecuente leer, escuchar, o recibir por Internet, listas de citas célebres, que por graciosas, sabias, sentenciosas, o por el ridículo que suponen para quien las dijo, revisten cierta gracia. La realidad es que muchas de esas frases no son exactas, o están sacadas de contexto, o incluso son directamente falsas.
Una de las más simpáticas es el supuesto epitafio de la tumba de Groucho Marx, donde se dice que pone algo así como "Perdone Vd. señora que no me ponga en pie", o cosas similares, como el título de esta entrada.
Como puede verse en la lápida judía del celebérrimo cómico, no hay inscripción alguna fuera de su nombre, su apellido, sus fechas de nacimiento y deceso, y por supuesto, la Estrella de David.
En definitiva, creo que con la información ingente que nos llega como cierta, es conveniente echarse unas risas si algo tiene gracia, pero no tomar las cosas por verdades incontestables, vaya, no dejarnos embaucar con facilidad.
Quizá es la cultura judeocristiana que nos da esa cierta tendencia a lo bíblico, o sea, a tomar como cierto lo que procede de determinadas fuentes, como la tele, los parientes, según qué amigos o conocidos, Internet, y otros orígenes.
Quizá es la cultura judeocristiana que nos da esa cierta tendencia a lo bíblico, o sea, a tomar como cierto lo que procede de determinadas fuentes, como la tele, los parientes, según qué amigos o conocidos, Internet, y otros orígenes.