Sí amigos, existen otras alternativas al nicho, la fosa, o el incinerado; que permiten el recuerdo sempiterno y real del ser querido que sólo abandona este mundo, pero puede quedarse con nosotros de cuerpo presente ad æternum.
En el salón, el recibidor, el asiento trasero del coche; en cualquier lugar el ser querido puede seguir siendo uno más de la familia.
Aunque a los niños cuesta engañarles, pero no es menos cierto que se conforman y distraen con cualquier cosa.