Ya están entre nosotros

A petición de mi amiga Reyes Vailima, y tras muchas negativas porque éramos reacios a revelar esta información trascendental para la especie humana, al fin hay que hacer saber al mundo lo que está sucediendo: están aquí; han llegado.

No podemos revelar aún su planeta de procedencia ni los planes que tienen para nosotros, pero sí, la foto no puede ser más explícita, incontestable y clara: seres extraterrestres se pasean por nuestras calles con total normalidad. Pretenden que nos vayamos acostumbrando a ellos y a su aspecto, que al principio nos resultará extraño.

En su momento no muy lejano, nos dirán lo que tenemos que hacer (dudan entre la Sede de la ONU y el Vaticano como lugar idóneo para ello, también han pensado interrumpir el Festival de Eurovisión 2008), pero desde este blog quiero hacer una llamada a la calma, pues Francesc y yo, los contactados, los elegidos; os podemos asegurar que todo será para beneficio mutuo. Ambas civilizaciones saldremos favorecidas.

Saludos en nombre de Ellos.

Truth is out there

Lo que vimos fue increíble, no puede explicarse con palabras.


Sentirse querido

Hacia mediados de los años sesenta del pasado siglo, alguien inmortalizó esta escena en la que aparezco con mi papi, en la Navarra profunda de la que soy oriundo. Mi padre es muy cariñoso y muy niñero, sin bien, a ratos tiene sus arrebatos de leche agria. Pero curiosamente, es más cariñoso que mi madre.

Soy hijo único y he sido siempre muy mimado, razón por la cual me cuesta ver el lado negativo de las cosas, y tiendo a divertirme con cualquiera de las situaciones que se producen a mi alrededor.

Ahora mi viejo sigue siendo como antes, sólo que con unas cuantas décadas más, pero nos damos abracitos y besitos igual que en esa foto de hace cuarenta años.

Mi madre es más esquerpa (no sé cómo se dice "esquerp" en castellano); buena gente, pero no tan cariñosa y pelín ególatra. No creo que le moleste cuando lea esto porque la opinión de los demás sobre ella suele preocuparle tanto como a mí (que soy como ella).

La cuestión es que miro esa foto con mi padre que tengo desde siempre, y por primera vez me da envidia, y pienso en si dentro de poco tiempo tendré una foto parecida con mi niñita, que esta mañana me ha dado unas pataditas desde la tripilla de su mamá, y a la que quedan tres meses para nacer.

No es la expresión de cariño con que mi padre me mira y abraza lo que me hace sentirme querido, sino la cara de felicidad que tengo yo en la foto, lo que hace que sepa que me sentía querido en aquel momento.

Fernandito