Las comidas de Ender está fenecido, por tanto... Angulas

El blog sobre gastronomía "Las Comidas de Ender", no tiene actividad desde 2009; por ello he decidido borrar de allí y trasladar aquí la media docena de recetas que publiqué hace unos años, por cuanto las siguientes cinco o seis entradas versarán sobre gastronomía hasta recuperar el rtimo habitual. Vamos a empezar con...

Angulas
Este es el aspecto que ofrecen las angulas antes de ser cocinadas, y el proceso es bien sencillo:


Siendo visceral el odio que siento por el sucedáneo que se conoce como “gulas” u otros nombres, sigo siendo un tradicional devorador de angulas en general, y de Aguinaga en particular. Querer es poder, y si quieres gastarte el dinero, puedes comerte las angulas.

Ingredientes para una persona:

250 gr. De angulas
3 cabezas de ajo
5 guindillas secas de pimienta de cayena (se puede incrementar o disminuir el número según nos guste más o menos el picante)
Aceite de oliva
1 botella de vino tinto de Burdeos “Châteu Margaux”, cosecha del noventa y seis (opcional y como acompañamiento)
Cortaremos el ajo en rodajas finas, y lo echaremos en una cazuela de barro junto con las guindillas y el aceite de oliva, colocándolo al fuego y esperando a que el aceite se caliente y el ajo llegue a alcanzar un tono dorado. Le iremos danto vueltas con una cuchara o tenedor de palo.

Aproximadamente este es el aspecto que ofrecerá el fondo de la perola cuando ya esté lista para echar en ella las angulas, mientras les vamos diciendo “os quiero a todas”.

Taparemos la perola de barro con una cobertera de aluminio, e iremos abriendo y removiendo periódicamente con el adminículo de madera unos segundos para volver a tapar. En el momento en que las angulas comiencen a exudar un jugo blanco, ya están listas para ser sacadas a la mesa, donde se dejarán unos instantes tapadas aún hasta que empiecen a dejar de hervir, por lo que la mesa deberá estar preparada completamente, y el vino abierto, antes del cocinado. Así es como quedan una vez elaboradas:


Al sentarnos a la mesa desconectaremos cualquier sistema por el que otras personas puedan ponerse en contacto con nosotros para que no nos interrumpan.