Rudolf en nuestra boda, 1995

Uno de los más entrañables visitantes que asistió a la boda de Alba y Fernando, los papis de Alba Celaya, fue Rudolf, que vino desde Alemania, un país muy bonito que tantas veces hemos visitado, y al que por supuesto deseamos volver para enseñárselo a Koke. Debajo está Alba con el velo de novia.



Peculiares carteles israelíes inspirados en el pasado

Peculiares carteles israelíes de propaganda, inspirados en otros países y en la primera mitad del siglo XX.




Lugares Visitados Recientemente

En estos lugares dispares he estado en los últimos tiempos, sólo unas veces, acompañado las otras, por trabajo o por ocio.

El Riesenrad del Prater en Viena.




Tunel en Hamburgo bajo el río Elba.



Playa de Tel Aviv, construida con arena traída del Desierto del Negev, y con zonas cubiertas de césped e irrigadas por aspersión.




Arbusto en el Kotel (Muro Occidental o "De las Lamentaciones), Jerusalem.



Cementerio judío en Jerusalem Este, que al atardecer toma ese color violáceo por el tipo de piedra con que están elaboradas las lápidas.


Los arañazos más aterradores del año

Este 2013 tuve el honor de ser arañado en el careto por Susana Vila, que llevaba las uñas pintadas de esa manera tan singular, y bajo la atenta mira de John, el entrañable camarero filipino del Casa Jaime.




Chao, 2013

No recuerdo dónde estaba aquí, sólo sé que es del año en curso, que ya no llevo esa barba y que peso bastante menos, pero la imagen está bien para ir empezando a despedir el año de la Era Común.


Al WC en Tokio, y las sorpresas que puedes llevarte

Cosas tres veces singulares que puedes encontrar en Tokio si acudes al lavabo en un establecimiento público.


Koke y Julià comen en casa

Alba Celaya y Julià Pedrosa se disponen a comer en casa, hace unos minutos y bajo los auspicios de Alba Andreu mi mujer. Hoy toca macarrones porque ambos unigénitos han solicitado ese plato. Antes han estado jugando un ratico, con globos entre otras cosas.




Montesa Enduro 360 H6 de 1981

Alba mi mujer y Alba Celaya, mi hijilla, montadas ayer en Navarra sobre la Montesa Enduro 360 H6, perfectamente restaurada, que me ha regalado mi amigo Dani Impuesto. Una moto de 1981 que no puede ser arrancada ni conducida por cualquiera, por su peso, sus cuarenta caballos de potencia, y su forma de levantarse y encabritarse como un tiranosaurio. Es una verdadera maravilla. El sueño de cualquier motero como yo.



Bosnia i Herzegovina, 1.999

Algunas imágenes de la zona serbia de Bosnia i Herzegovina en 1.999, allí pasé seis meses en una operación de reasentamiento de desplazados de guerra que al haberse frenado esta (la guerra) por las tropas de la OTAN, podían regresar a sus casas con sus familias, o al menos los supervivientes. Mi equipo integrado por cuatro mandos españoles y una interprete local y bajo mando francés, tenía como cometido "acomodarles" de nuevo en sus antiguas viviendas, mediar con las ONG's e instituciones que deberían reparar sus casas y suministros (así como el desminado si se daba el caso), hablar con las autoridades locales cuando había problemas de relevancia; como por ejemplo advertir a un alcalde serbio que le íbamos a cesar si no permitía a niños croatas ir a la escuela, o a un alcalde croata de lo mismo si no hacía llegar electricidad a un barrio serbio o musulmán. Este es despacho de circunstancias que yo tenía en un corimec -tipo de instalación móvil- francés.


Este estado presentaban algunas de las casas a las que regresaban familias tras varios años refugiadas muy lejos, y ahí debían volver a rehacer sus vidas.


Esta es la Escuela de Navesinje (Serbia), que fue restaurada en gran parte y donde dimos material de estudio y regalos a los niños que allí acuden.


Con más frecuencia de la que nos hubiese gustado, visitábamos zonas aún conflictivas, lo que obligaba a pedir apoyo a unidades militares blindadas que nos garantizaban poder hacer el trabajo sin molestas visitas de milicianos inquietantes. Pese a ello no faltaron dos o tres momentos de cierta tensión, por decirlo de algún modo.


Y tampoco faltaban por la noche los momentos de ralax, tras una buena cena, con una copa de vino, y con mi gato, que se llamaba "Boirita". Le bautizó así Alba mi mujer, porque era un gatito de color gris como la niebla, y niebla en catalán se dice "boira".


Alba en Escenarios Diversos

Cuatro estampas de Alba, mi mujer y madre de nuestra nenita.

Aquí está ante el Castillo de Brissac, en el cauce bajo del Río Loira, en Francia; se trata de un castillo acondicionado como cuando se construyó hace medio milenio, amueblado y restaurado por completo, y, sobre todo: habitado por sus propietarios originales. Lo hemos visitado varias veces.


Aquí está en Holanda, en la zona más típica de molinos de viento que se conservan como cuando estaban habitados y servían para moler. Allí, como en todo el país, los desplazamientos son preferentemente en bicicleta.


A la orilla del Sena, en el centro de París. Un clásico porque no tengo ni idea de cuántos cientos de veces hemos estado en esa ciudad.


Y aquí está de niña, con su abuelo. Cuando en España el mundo de las fotos era aún con frecuencia en blanco y negro.


Un entrañable saludo

Un entrañable saludo nos envía nuestro amigo Jesús desde Burgos a Alba y a mí, un detalle bonito que se acuerde de nosotros mientras da cuenta de una cerveza en una muy interesante actividad a la que no hemos podido asistir.

Otro brindis por ti.