Una de mis grandes aficiones son los coches, no puedo negarlo; si bien me gustan grandes. Este es el Volvo 740 que compré en octubre de 1988, el mismo año en que conocí a la que ahora es mi mujer, que por cierto aparece con el coche en esta fotografía de mediados de los noventa del siglo pasado:
14 años lo tuve (junto con otros), y 460.000 km. sin ninguna avería digna de mención hice con él llegando hasta los lugares más recónditos, aunque sin salir del continente. El día que lo dejé funcionaba como el día que lo puse en marcha en la tienda. Increíble; y es que los Volvo de la Serie "7" son... (eran... snif...) así; como carros de combate, a bordo de ellos te sentías inmortal:
Así era por dentro; asientos delanteros:
Asientos traseros (nótese la anchura del apoyabrazos):
Más tarde pasé a la marca que es ya sin duda y para siempre, mi favorita: Mercedes. Este fue mi primer Mercedes, lo compré en Bruselas en 2002, era tan lujoso, tan suave, iba tan fino, era tan sofisticado, que viajar en él era como ir en avión, o en una nave espacial, porque mis amigos le llamaban el "Enterprise", en alusión a la nave de Star Trek. En Alemania, y por tanto legalmente, lo puse en una autopista a 244 km/h. Podría haber corrido más, pero no me dejaban subir de velocidad los Ferrari, Aston Martin, Bentley Continental GT, etc; que me hacían luces a 300 p.h. para que les dejase paso.
El color de la carrocería y de la tapicería era "azul teallite", lo recuerdo con cariño: