Tras visitar la parada de Encarna Mauri del Mercat Galbany de Barcelona, y después de adquirir mi partida anual de vino kosher; he aquí un desayuno comme il faut: pepinillos judíos -que no son ácidos-, vino judío francés kosher J. P. Chenet, uva Cabernet Sauvignon; embutido alemán leberwurst de hígado de cerdo, y fiambre alemán Rügenwalder de carne de cerdo. Una mezcla de lo más ecléptica, y, sobre todo, paradójica. Tengo suerte de que en casa la judía es mi mujer y no yo.