La noche del jueves 6 de febrero, 2014, nos dimos cita en la cena
habitual ***mensual*** de "La Estrella" 14 amigos y conocidos; entre dos y cuatro han fallado por razones diversas. En el momento
de la foto algunos ya se habían marchado porque la sobremesa ha sido muy larga,
y el que ha hecho la foto no aparece en ella, pero ha sido una velada larga,
divertida, con buena comida a muy buen precio (10,60 €), y quienes nos hemos
animado hemos partido después a tomar unas copas en un bar de al lado, y quienes se han animado hasta han cantado porque dispone de un muy sofisticado karaoke.
Ha sido muy grato perderse en una conversación a
una sola banda en la que todos participábamos; divertida y amena, en la que
todos sin excepción hemos estado y nos hemos sentido miembros de un mismo grupo
pasándolo francamente bien.
Por suerte esto se repite con periodicidad, aproximadamente mensual.
El holandés de la derecha, me dijo que le gustaba la enología y quería -por
saber que yo también soy aficionado- que comentásemos el vino del menú de La
Estrella. Recordé no sin nostalgia el vino del Confucio 2 que era de San Joan
Despí, lugar en el que
no hay viñedo alguno. Echamos una ojeada a la botella y le hice notar que ni
venía el tipo de uva, tratando de orientarle sobre la calidad de los vinos
"de mesa" de los restoranes españoles de "el menú", que
sólo pueden ser trasegados mediante el concurso de grandes cantidades de
gaseosa para evitar acidez y gases.