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Noches de Farra en Barcelona

Por suerte resulta, o al menos en nuestro caso, compatible tener una hijilla con salir de juerga por la noche con los amigos de vez en cuando. Aquí estamos tres amigos a la salida de cenar. Más abajo aparezco momentos más tarde en un bar del que algunos amigos y conocidos somos habituales, aparejándome un gintonic, y decorado con algo que al parecer llaman "boa" y que tiene su gracia como ornamento (parezco un fornido travestí).



Amigos Guipuzcoanos

Estos son algunos amigos guipuzcoanos, como Nadia y Vailima en la primera foto, que muestran ojazos y poderío, además de la habilidad de la británico-guipuzcoana para decorar las tiritas que me coloco en el careto.


He aquí a Mikel, dirigiendo una perorata con tintes de encíclica poco antes del amanecer, en la que explica prácticamente todo lo necesario para seguir una vida recta y pura a quien quiera escucharle. Se le ve concentrado, no hay duda. Qué gran orador y con qué entrega y denuedo difunde las verdades.


Y aquí está Jesús, que día a día va logrando su objetivo de parecerse cada vez más a Friedrich Nietzsche, amén de ser una de las mentes más preclaras de Euskadi.


Más Vicisitudes en Madrid

Sandra regaló a Koke un libro sobre dinosaurios que le gustó mucho, y la escena de la niña escuchando las explicaciones causó cierta expectación entre la concurrencia como puede verse.



Definitivamente, creo que la firma Lacoste debería pagarme comisión.


Como cada vez que nos encontramos en cualquier lugar del mundo, me coloqué una tirita, y Nadia Shishtawi procedió a decorarla.


Con este resultado y esta pinta de malo de película de 007:



Ver a mi niña haciendo el cabra y diviertiéndose con otra gente menuda, o no tan menuda, fue para mí lo mejor del viaje.


El que está en el suelo es Fernando (otro Fernando), con un don especial para con los niños a los que no lograba quitarse de encima.



Momentos gratos en persona en Barcelona

Ayer a media mañana coincidimos para perpetrar un brunch un grupo de amigos, feligreses todos del Brunch & Breakfast que han puesto debajo de mi casa. Y bajé un poco antes, me agencié la mesa grande, y allí fueron llegando todos; mi mujer, Francesc, Vicky, Rosa, Mònica... los que haya menester según cada mañana que optamos por hacer un desayunocomida.
Cierto es que la pitanza clásica y elaborada en el local, de gusto, estilo y estético estadounidense (con algún mestizaje local) es muy buena y barata, puede verse en entradas anteriores de este blog. Pero lo más grato es poder compartir un rato que por largo que sea siempre se hace corto con personas queridas, apreciadas, en fin: sentirte a gusto y feliz un rato, sin prisas, y sin que sea por medio de una computadora.
Como suele decir quien viene a Barcelona desde Madrid, aquí las distancias son más cortas, y la ciudad es más tranquila. Imagino que ello se debe a que es más antigua y lleva asentando su modus vivendi más de dos milenios, pero ciertamente es una ciudad viva en la que hay de todo en todas partes. En particular en el centro. Y lo mejor sin duda es lo antedicho: reunirse con aquellos que te hacen estar mejor que solo. Porque solo ya se está bien, ocurre como con el silencio, que si lo vas a violar, al menos que sea para algo mejor que el silencio.
En fin, no voy a poner fotos porque se trata sin más, de rumiar la plácida experiencia de una mañana agradable con personas que la han hecho agradable. Y claro, el local ayuda.
Feliz Navidad a todos cuando llegue y si sois cristianos (yo no lo soy).
Lumen