Alba mi señora esposa, posa, en un puente en el centro de Gante (Flandes, Belgica).
Aquí da de comer a las gaviotas en Oostende, costa flamenca belga, que tienen las costumbre de acercarse a las personas y cogerles el pan de las manos.
Y en Holanda, Alba se acerca a unas apacibles vacas, de las tantas que hay en ese país, para tratar de llamar su atención, pues son animales mansos, agradables y entrañables; que dicho sea de paso producen una leche y una carne excelentes.