Alba y yo pasamos un par de semanas ociosas en
la isla caribeña Jamaica, en un lujoso hotel de la cadena británica Sandals
(pasearte a tu bola por allí siendo blanco es entre bastante y extremadamente
peligroso).
En esta foto está Alba sentada a la entrada de nuestro bungalow, el árbol de delante es un mango, el césped llegaba
ininterrumpidamente hasta la arena blanca de la playa donde el agua era de
color turquesa, sin olas y caliente:
En esta otra foto estoy yo, con algo de
pelusilla aún sobre la cabeza, en una visita que hicimos a Ocho Ríos.
Las excursiones
eran divertidas por ver el contraste entre la vida en el hotel de clientes
mayoritariamente anglosajones en particular de los USA, y los pueblos,
carreteras y la vida en general en el país, que es un trozo del África profunda
en el Caribe.