Este es el Airbus A-380 en que volé en primavera desde
Frankfurt a Pekín, con escalera ancha y recta en lugar de caracol (como el
B-747) para subir al piso de arriba, a bordo parece que el planeta despegue del avión en lugar de ser al
contrario.
Antes
de llegar a Mongolia sobrevolé al amanecer el Lago Baikal, en Siberia, la mayor
reserva de agua potable del mundo. Así se ve salir el sol desde la ventanilla,
a doce mil metros de altitud y a mil kilómetros por hora.
El atún rojo que se puede disfrutar en Japón, en
cualquier local, es espectacular, y como me gusta mucho casi todos los días que
estuve allí hace unos meses comí y cené atún rojo; y no, no me aburrí de
repetir, más bien me daba pena pensar que aquí no es fácil encontrar atún que
se parezca a aquel.
Este es un restaurante
corriente en el centro de Tokio, ahora ciudad olímpica.
Un
rincón cualquiera en el centro de Tokio.