La Estación de Francia, de Barcelona, ha sido siempre uno de los lugares
que más me gustan de la ciudad. Aquí está Alba
en una visita.
El tren nocturno a París ha dejado de existir, y un lugar aséptico, frío
e insulso como la Estación de Sants ha sustituido a esta maravilla decimonónica
como la principal de aquí.