Para sorprender a todos en una reunión, una fiesta, en casa, fuera de casa, porque sí, porque alguien se lo merece, o por mera diversión; existen dos técnicas rápidas, fáciles, baratas, divertidas, y probablemente conocidas por más de uno de quienes esto vivisten.
Por una parte tenemos la "cabeza en un frasco", en la que mediante tan sólo dos fotos (haciando con ellas una composición como si fueran tres), un líquido adecuado o forrarlas de aironfix, y un hermoso frasco, podemos lograr un espectacular efecto que nos recordará la escena del garaje de la película "El Silencio de los Corderos".
Aquí está explicado el proceso con sencillez, paso a paso y mediante imágenes. Casi no importa de quién sea la foto.