Los berberechos al vapor en su propio jugo, y con su propio jugo, incorporados a la masa de la empanada santísima encima del sofrito. Son tantos y tan grandes que se tocan unos con otros.
Y a continuación cubiertos con pimientos de las mejores clases y calidades.
La obra finalizada, con un Omega al lado para dar idea de la proporción.
Mi segunda dosis (esto es peor que la heroína).
Mi nenita quiere su protagonismo.
Victòria, Ramón y Mònica se incorporan a la cena / gintonics, con unas trufas deliciosas regalo del Casa Jaime y bien de vino. Crístian parece entretenido con un 45 Long Colt, y no le hacen ni puto caso... la gente es rara...