El paso del tiempo transforma los edificios abandonados en lugares mágicos dotados de una belleza muy particular que a muchos nos fascina. Visitarlos es una de mis aficiones y hasta soy miembro de una asociación dedicada a ello, y no sólo edificios de todo tipo que hayan desempeñado en el pasado cualquier clase de funciones (algunas en verdad inquietantes), sino también casas habitadas mucho tempo atrás por familias, estaciones de metro o de tren en desuso, redes de alcantarillado de las grandes ciudades, fábricas que ya no producen nada, catacumbas algunas de las cuales son muy célebres, galerías subterráneas de todo tipo, antiguas defensas militares de guerras que ya sólo quedan en los libros de historia, recintos religiosos, y un largo etcétera de instalaciones que no han sido derruidas ni sustituidas por otras, pero que ahí permanecen esperando al ojo del curioso visitante, para fascinarle, intrigarle, divertirle, tal ver asustarle. Aquí recojo imágenes de edificios que estando abandonados conservan un innegable misterio pero no exentos de belleza.