Un año más llega mayo, y con él comienzan los meses sin erre, en los que los puristas afirman que ese sabroso bivalvo que es la ostra, no debe comerse. Pero el paso del tiempo y el conocimiento de los caladeros, criaderos y sobre todo establecimientos especializados (de los que la lista sólo en Barcelona sería muy larga), ponen de manifiesto que, si bien lo ideal es en efecto tomarlas en su temporada, también es posible hallarlas en excelente estado y muy apetitosas durante todo el año; en particular si proceden de Galicia o de Zeeland (Holanda); y siempre, por supuesto, redondas y planas, como estas: