Ha cagado el Tió

Hay una tradición catalana que consiste en esto:

Le pegas golpes la noche del 17 Tevet, que suele coincidir con el 24 de diciembre de los goím (no-judíos), y el Tió caga regalos para los niños.

En los vídeos que tengo de hoy, mi hija le arrima en los lomos al CagaTió hostias de aquí te espero con una cuchara de palo de las de guisar. Luego levanta la manta y están los regalicos. El día seis vendrán lo Reyes Magos de Occidente. Pero si se acerca a mi casa el borrachín gordo pederasta de Papá Noël - Santa Klaus, le recibo con una escopeta recortada. Payasadas anglosajonas las precisas, que con ser fanático de Elvis y de una docena de cosas más tengo suficiente.

Y en fin, ya ha cagado el Tió para mi niña, y ayer llegó mi suegra a casa y no parece tener intenciones de marcharse (en su puerta hay una bandera Okupa, y no encuentro los botes de humo)...

Por cuanto expreso con mi aspecto y mirada la grata emoción que despierta en mí desde siempre la Navidad:

 


En 2007 reservamos avión y hotel para pasar estos maravillosos días... en Berlín, lejos, muy lejos de parientes y familiares, con Rosa y Francesc, dos amigos que adoran estas fechas tanto como nosotros.

Pero Koke se quedó preñada y nos comimos una mieeeeeeerda. Nos quedamos aquí, con la familia; eso sí, la amada y entrañable familia.

Siempre me podré refugiar en la comida, con bien de pan y bien de vino, es el principal consuelo de estas fechas señaladas en las que Bisbal ha sustituido a los villancicos; aquel me produce acidez y estos urticaria.

A ver si hay suerte y entran en guerra hoy o mañana las dos chinas, o las dos coreas, y al menos la gente se queda pegada a la tele sin dar mucho por el culo.

Voy a montarle a tienda de campaña canadiense a mi niña en mitá'l comedor, que me lo está pidiendo hace días, supongo que se solidariza conmigo.