Dentro de esta pequeña lata se guarda el último suspiro del comunismo. Referido, claro, al de la Era Soviética en Europa. Me dieron la lata (no me aburrieron hablando, sino que me regalaron lo de la foto) en Budapest, en 1.999. Me pidieron que no la abriera por si acaso, aunque yo creo que dentro sólo hay aire, igual que en todas las ideologías políticas. Son las personas y sus actitudes lo que cuenta.