Vuelo rasante sobre el Vaticano, a muy pocos
metros de la cúpula de la Plaza de San Pedro, para saludar a los Papas Fransico
y Joseph Ratzinger. A los mandos de un Boeing 737 comercial, en simulador aéreo profesional. Es complicado y has de anticiparte a las maniobras, pero pasado un rato puedes divertirte como un enano (Escuché por la radio la voz del Papa que decía: "Si me queréi, írsen", parafraseando a Lola Flores).