Estos cuatro presidentes de los Estados Unidos de América han sido asesinados, y siempre con un velo de confusión sobre las causas o los intereses e interesados en sus muertes, este fue el modo en que murieron.
Abraham Lincoln, se atentó contra él el 14 de abril de 1865 alrededor de las 22:25,
pero tardó unas 9 horas en fallecer, existiendo controversia sobre si estuvo o no
consciente durante ese tiempo ya que la trayectoria y la escasa potencia del
arma no causaron una muerte instantánea. El autor del magnicidio fue el
entonces famoso actor de teatro John Wilkes
Booth, y la causa del asesinato la derrota de las tropas confederadas, la
Confederación Sudista, tras la Guerra de Secesión que había acabado dos semanas
antes. No faltaban quienes consideraban que la guerra en realidad no había terminado y que este acto más allá de un atentado era algo que podía reactivarla y revertir su curso.
James Abram
Garfield, se atentó contra él el 2 de julio de
1881, pero falleció 70 días más tarde tras una larga y dolorosa agonía. Le
disparó un abogado que no había obtenido un puesto consular.
William McKinley, se atentó contra él 6 de septiembre de 1901, murió 8 días después tras una agonía fruto de
una sucesión de torpezas, errores e inseguridades por parte de los médicos que
le atendieron. Este presidente es el artífice de la victoria sobre España en 1898
tras la que fueron perdidas los territorios de Cuba, Guam y Filipinas. Cuenta
Isaac Asimov en su "Libro de los
sucesos" que cuando McKinley conoció la toma
de Manila tuvo que buscar el archipiélago filipino en un globo terráqueo. Tras
esta guerra envió al ex-archipiélago español 110.000 soldados y provocando un
genocidio de más de un millón de filipinos.
John F. Kennedy, se atentó contra él 22 de noviembre de 1963 falleciendo en el acto, en Dallas como es sabido, oficialmente mediante dos disparos sucesivos de un rifle de cerrojo italiano Carcano M91/38 de 6.5 × 52 mm; de igual modo que es sabida la complejidad del análisis de los porqués que pudieron rodear aquel asesinato por ahora el último cometido con éxito contra un presidente de los USA. La teorías sobre tu muerte son tan complejas y abundantes como las trabas para investigarla, porque lo que me voy a guardar de escribir una versión propia, limitándome a documentarle como -por ahora- el cuarto jefe de estado de ese país asesinado en el ejercicio de su cargo. A fecha de 2003 un 70% de estadounidenses seguían convencidos de que la muerte de Kennedy fue fruto de un complot organizado.
