Como quien no quiere la cosa, y tras la toma ayer de la ciudad de Radá por Al Qaeda; ya es una gran parte de Yemen la que está controlada por el grupo fundado por Osama bin Laden.
La llamada con candidez por algunos "Primavera Árabe" está empezando a dar resultados en forma de gobiernos provisionales militares que se resisten a dejar el poder, nuevos gobiernos más provisionales aún que, tras derrocar a dictadores, empiezan su gestión imponiendo la Sharia como ley, el Islam como religión oficial, y el Corán como única legislación. Por no hablar de las sucesiones de atentados en Irak y la preguerra civil en Siria.
En el caso de Yemen ante el vacío de poder Al Qaeda extiende su control aparentemente de manera inexorable, y ya controla, además de Radá; las provincias de Abyan y Shabwa así como la ciudad de Zinjibar.
Parece que la primavera y el verano árabe que se avecinan en 2012 van a ser tan democráticos y sosegados como se quiera imaginar alguna mente optimista, en particular si extendemos el fenómeno al mundo islámico y nos fijamos en la actitud de Irán y sus dos posibles guerras: por el control del Estrecho de Ormuz, y por lograr el arma nuclear. También fuera del mundo árabe, pero en zona islámica, los atentados son incesantes en Afganistán y Pakistán, donde los talibán ya controlan desde hace mucho tiempo una zona considerable del país, potencia nuclear y cuyo gobierno a duras penas puede llamarse "gobierno".
La llamada con candidez por algunos "Primavera Árabe" está empezando a dar resultados en forma de gobiernos provisionales militares que se resisten a dejar el poder, nuevos gobiernos más provisionales aún que, tras derrocar a dictadores, empiezan su gestión imponiendo la Sharia como ley, el Islam como religión oficial, y el Corán como única legislación. Por no hablar de las sucesiones de atentados en Irak y la preguerra civil en Siria.
En el caso de Yemen ante el vacío de poder Al Qaeda extiende su control aparentemente de manera inexorable, y ya controla, además de Radá; las provincias de Abyan y Shabwa así como la ciudad de Zinjibar.
Parece que la primavera y el verano árabe que se avecinan en 2012 van a ser tan democráticos y sosegados como se quiera imaginar alguna mente optimista, en particular si extendemos el fenómeno al mundo islámico y nos fijamos en la actitud de Irán y sus dos posibles guerras: por el control del Estrecho de Ormuz, y por lograr el arma nuclear. También fuera del mundo árabe, pero en zona islámica, los atentados son incesantes en Afganistán y Pakistán, donde los talibán ya controlan desde hace mucho tiempo una zona considerable del país, potencia nuclear y cuyo gobierno a duras penas puede llamarse "gobierno".