Este viernes Alba y yo fuimos al restaurante La Mayor, de Santander, a protagonizar una mariscada. Conocimos entre otros a este bogavante de 1.100 gramos que llamamos Aurelio, nombre que tiene las cinco vocales. Más tarde Aurelio sufrió una autocombustión, y no tuve más remedio que darle sepultura en mi interior. Siempre te llevaré dentro, amigo.