En el número 19 de mi calle ha sido inaugurado hace un par de meses un precioso local Brunch - Breakfast, en el que se puede desayunar, comer o cenar al estilo estadounidense, y que está abierto al exterior de manera que no hay solución de continuidad entre el propio establecimiento y las butacas, sillas y mesas que están en la calle. Es fabuloso porque me encanta y vivimos en el número 21, o sea, justo al lado. Esta es la entrada del lugar:
Aquí puede apreciarse la escasa diferencia entre instalarse dentro o fuera (Supercoco lo pasaría mal en este caso):
Estas son las vistas que tiene el restaurante mirando hacia el exterior o sentado en la acera; a izquiera y derecha:
Y mirando hacia el frente:
Aquí debajo están Alba, mi mujer, y Crístian, un amigo; con los que comparto mesa. En la primera foto ambos parecen por la expresión de sus miradas estar teniendo revelaciones místicas o apariciones marianas, que ya parecen haber remitido en la segunda instantánea; la tercera y cuarta imágenes muestran un par de platos de los que hay en la carta.
Estos son los celebérrimos pancakes que constituyen uno de los más clásicos desayunos estadounidenses, algunas mañanas entre semana bajo a las diez cuando abren y me aplico una dosis:
No faltan el pan y las tartas elaborados a mano, así como todo tipo de pasteles clásicos a cual más delicioso y menos recomendable para quien quiera evitar la línea curva:
De noche el sitio es muy bonito porque lo adornan con velitas, de modo que mañana añadiré alguna foto en la que aparezca a la hora de la cena.