Demasiado bonito

Algunas imágenes procedan de donde sea, son tan bonitas que no requieren comentario más allá que presentarlas; estas son, y aquí están; la montaña sobre el campo de amapolas, y la luna llena rielando sobre el mar.

Más bonitas imposible:


Si bien, he tratado de que mi niña de dos años, que ya habla mejor que yo, les prestase algo de atención.

El resultado ha sido nulo.

Mañana la llevaré  al cine a ver una peli de terror a ver si reacciona. Pero vaya, que de antemano ya sé que hará un aspaviento como tiene por costumbre y dirá: "aaay... qué súúúto", levantando los bracitos a cámara lenta... y luego pedirá un helado.


No reísen porque la peli que vamos a ver es "Insidious". Pero por desgracia para asustar a mi niña no hay dinero bien empleado; su agüela paterna se ocupa de acostumbrarla a cuentos de terror que hacen que se despiporre de risa en los cines.

Il Dolce Far Niente

Dolce Far Niente es una locución italiana que significa "dulce ociosidad". Dolce viene del latín dulcis, que quiere decir "halago a los sentidos" y según el poeta Horacio equivale a "no tedioso", a "lo que no sea forzoso deber", a "algo que se recompensa por sí mismo". Far niente significa "no hacer nada", es decir, vivir en el ocio, que en este caso, se convierte en un entretenimiento o distracción del espíritu. Entregarse al dolce far niente es entregarse a una actitud hedonista con una clara inclinación a la contemplación.

Tras retirarme hace año y medio, a los 46, esta es ahora mi ocupación y actividad principal que compagino a la perfección con otras como leer, viajar, salir a cenar, beber y charlar con los amigos, y mis aficiones habituales; y a medida que transcurre el tiempo voy sintiendo más y más acendrada mi vocación, hasta el punto de que sin duda creo que he nacido para esto.

Bien, varias veces al año me desplazo a Israel a ejercer como colaborador del Tzahal (Fuerzas de Defensa de Israel), pero es que me gusta viajar y mantener relación en aquello de lo que sé y en lo que pueda ayudar, con quienes me lo piden y me gustan, y en un oficio que me resulta más afición y diversión que trabajo. Pese a los innegables riesgos que pueda comportar, claro, pero es que también me gusta pilotar coches y motos a gran velocidad por circuitos alquilados al efecto cuando se da la ocasión.