Mi amigo José María regaló a mi larva de humano hembra un jabalí muy bonito al poco de nacer (de nacer la niña, no el jabalí). Aquí puede verse a mi retoño montando sobre el suido en cuestión, feliz y en pose suidestre:
Debajo se dispone a ejercitar algunos saltos y piruetas con su montura:
Es un peluche simpático y gracioso, y no come nada, a diferencia de los que bajan hasta el centro de Barcelona desde la Sierra de Collserola.